Cuando vemos documentales “de naturaleza” que tratan sobre la vida en algún lugar de la tierra o sobre la organización y características de una especie en particular, generalmente el formato que nos encontramos es: imágenes desde diferentes ángulos, locución en off (es decir, una voz grabada encima de las imágenes) y bastante acción.
El espectador corre el riesgo de pensar que lo que esta viendo es un fiel reflejo de la forma de vida en la naturaleza. Entornos hostiles, mucha alerta, persecuciones, enfrentamientos y noches agitadas se suceden en la pantalla, y cuando estas acaban, lo que ocurre hasta el próximo gran suceso es resumido en una puesta de sol a cámara rápida o en una frase del tipo “…un nuevo día comienza en la sabana, el sol cae fuerte en el mediodía, Rasha permanece atenta mientras sus cachorros juegan, la noche ha sido muy dura y no se puede permitir ningún descuido…”