El Cachorro y el Perro Joven. Acerca del crecimiento.

Traducción del articulo “The puppy and the young dog – About growing up” de Turid Rugaas por Nicolás Planterose

Cuando los perros crían a sus cachorros, estos se convierten en perros perfectos. Cuando los lobos crían a sus lobeznos, estos se convierten en lobos perfectos, preparados para la vida, para subsistir. Cuando los humanos crían cachorros, estos suelen tener problemas en su adultez, ¿Por que?

Primero que todo, los humanos no dejamos a nuestros cachorros recibir las enseñanzas naturales como ellos las preferirían y deberían recibirlas tal y como lo hacen de manos de otros perros.
En segundo lugar, esperamos que nuestro perro acepte y respete nuestras normas “humanas”, las cuales suelen carecer de significado para ellos. Por ultimo, fallamos en no tener en cuenta la edad del perro, sus etapas de desarrollo y su capacidad. El resultado es que los perros fracasan en su intento de acometer nuestras excesivas demandas.

Los cachorros que crecen rodeados de seres de su misma especie, gradualmente aprenden a obtener el auto-control que necesitaran como adultos. ¡Y lo aprenden muy bien! Cuando se conviertan en adultos habrán obtenido todo el auto-control necesario para subsistir. Necesitamos empezar a criar cachorros de modo similar al que serian criados de forma natural, es decir, por perros desde su infancia hasta su adultez.

La licencia de cachorro.
El primer y mayor error que cometemos como propietarios de un cachorro, es crearnos expectativas y establecer obligaciones demasiado exigentes, lo que hace que no existan muchas probabilidades de que el cachorro pueda acometerlas con éxito. En la Naturaleza o cuando los perros tienen la posibilidad de crecer naturalmente como parte de una manada, aprenden a auto controlarse muy gradualmente. De hecho, hasta la edad de 16 a 20 semanas de vida poseen la llamada “Licencia de cachorro”, se llama así porque durante estos meses parecen tener permiso para experimentar una gran cantidad de comportamientos sin ser controlados y corregidos por los perros adultos. Pareciera como si llevaran una credencial colgada y ante cualquier conflicto la mostraran diciendo “na, na, na, no puedes hacerme nada, ¡tengo licencia de cachorro!”. Frecuentemente vemos como cachorros de pocas semanas sacan ventaja de esta licencia molestando a adultos que descansan a su alrededor, subiéndose encima, mordisqueando sus orejas, con sus ojillos llenos de brillo y travesura. Los perros adultos les permiten arremeter contra ellos con increíble paciencia durante este periodo.

Hacia las 16 a 20 semanas de edad, la licencia se encuentra a punto de expirar. Ahora, los cachorros necesitan empezar gradualmente a aprender controlarse mejor y a comportarse mas educadamente. Continuaran siendo perdonados por sus frecuentes equivocaciones y errores –después de todo, no son adultos aun-. La adultez llegara naturalmente con tiempo y experiencia.

Puede resultar confuso el hecho de que un cachorro pueda pasar de un estado de desarrollo a otro en unos pocos días, pero es necesario tener en cuenta que los perros pasan de su infancia a la adultez en menos de 2 años. En comparación, los humanos necesitamos 20 años antes de poder llamarnos adultos -muchos necesitan aun más tiempo.

El perro joven
Una vez que el periodo de cachorro culmina, alrededor de los 4 meses y medio de edad, empieza otro no menos importante, la adolescencia. Esta se compone de varias etapas y termina hacia lo 2 años. A veces dura mes tiempo, a veces menos. Los perros jóvenes son como los humanos jóvenes:
Les gusta la acción y la velocidad.
Se aburren rápidamente cuando “no pasa nada”.
No saben controlarse del todo.
No pueden controlarse cuando algo excitante ocurre. Como los niños cuando ven un camión de bomberos o como los perros cuando huelen un conejo.
Su capacidad de concentración por largos periodos de tiempo es realmente pobre. Así como los niños “se olvidan” de regresar directamente a casa después de la escuela, ellos olvidan que le has pedido que haga hace diez segundos.
Encuentran aburrido el aprendizaje si este dura demasiado o no es atractivo. Los perros jóvenes necesitan entrenamiento, pero en cortas y divertidas sesiones para que puedan mantener su atención y no cansarse de hacerlo. Sus necesidades de actividad pueden ser cubiertas con cortas y fáciles sesiones de entrenamiento en un campo de agility, entrenando la llamada, tomando paseos por la montaña, estando con otros perros y jugando sin correa con ellos, y muchas más.
Necesitan aprender gradualmente autocontrol, pero a poco tiempo por vez. Esa es la razón por la que hacemos las cosas paso a paso, para lograr que un perro se mantenga mucho tiempo sentado y quieto empezaremos por lograr y premiar que lo haga por 2 segundos, luego por 5, 10, etc.
Se considerado cuando tu perro este perdiendo concentración, permite que se tome un descanso, que se distraiga por un rato, para poder luego recuperar su atención y continuar el entrenamiento.
Permite al perro adolescente que se salude y juegue con otros perros. ¡Importante!
Evita las sesiones de entrenamiento largas, repitiendo siempre el mismo ejercicio una y otra vez, castigos y todo lo que haga que se agote y se harte de entrenar.
La socialización con personas y otros animales es importante. Enseña a tu perro a sentirse seguro en todo tipo de situaciones y en todo tipo de ambientes.
Practica actividades divertidas como rastreo, búsqueda, cobros, trucos, etc.

Debemos tener en cuenta que los perros son seres sociales que necesitan aprender sobre comunicación, comportamiento educado y autocontrol. De otra manera su vida como miembro de una manada seria insoportable. Y ellos aprenden, poco a poco, como los seres humanos durante la infancia y la adolescencia. ¿Quién ha visto alguna vez a un niño de 4 o 6 años con auto-control? Cuando un “cuatroañero” se vuelve histérico, no hay manera de hacerle entrar en razón. Lo mismo con uno de 6 años. Tratar de enseñarle algo en pleno ataque de histeria es desesperante. Necesitamos esperar que se calmen para lograr que nos escuchen y conseguir enseñarles algo.

Cuando un propietario va a clase con un perro joven (un “niño de 6 años”), este rápidamente entrara en estado de excitación –debido a nuevos perros, nuevo sitio, nuevas situaciones, etc.- Al mismo tiempo, las clases requieren que el perro y el propietario sigan un estricto programa de ejercicios, y además, la duración del programa es demasiado larga para un perro joven. No me sorprende que nuestro “seisañero” se vuelva agitado e incluso histérico. Muchos (realmente muchos) propietarios abandonan estas clases y cursos porque sus perros son “impulsivos”, “muy nerviosos” o “cabezasduras”. He conocido muchos propietarios en esta situación. Sus perros no están “locos” como ellos me cuentan, la explicación es que sus niveles de estrés están al máximo y los de auto-control al mínimo. ¡Naturalmente!
Porque no han aprendido como lidiar con este tipo de situaciones anteriormente. ¡Están condenados a fracasar!

El uso de violencia o fuerza para conseguir que nuestro perro nos preste atención en ninguna situación nos reportara nada bueno. Por el contrario, si nuestro perro no se encontraba ya en un estado de histeria, lo estará si lo forzamos o amenazamos. NO es nuestra misión poner el listón de demandas demasiado alto, esto no ayuda. Si nuestro joven perro no puede con una situación, quiere decir simplemente que no esta capacitado para hacerlo. Nosotros podemos prevenir todos estos problemas aprendiendo a observar el estado emocional de nuestro perro, aprendiendo a ver cuando la temperatura empieza a subir y dejar de hacer lo que estemos haciendo antes que el perro alcance un nivel de estrés y excitación en el que ya no le sea posible comunicarse y aprender.


Intervención temprana.

La “intervención temprana” es la clave. El tipo de intervención puede ser:

- Parar con el entrenamiento.
- Actuar de forma menos amenazante.
- Permitir al perro cambiar de posición, por ejemplo de la posición de echado o en pie, a una posición más neutra como la de sentado.
- Mantener la correa floja. Es necesario que la correa este colgando (o tocando el suelo), de otra manera el perro sentirá la presión de la misma. Recuerda que una correa tirante es el camino más rápido para incrementar los niveles de agresividad.
- No te enfades con tu perro. Mantén la calma y contrólate. ¿Cómo va a aprender tu perro auto-control si tú no predicas con el ejemplo??

Cuando el perro empieza a “abrir las puertas”
El perro joven se encuentra en una fase de transición, y hay una infinidad de cosas que “necesitan” ser exploradas y probadas. Permite a tu perro que explore. Permítele que pruebe y sienta el “sabor de la vida” y que investigue de que se trata cada cosa. Es completamente inofensivo. Necesitamos establecer limites, si, pero asegúrate que estos no lo conviertan en un prisionero sin libertad para estar activo y descubrir las cosas por si mismo. Puede que pronto se vuelva un poco difícil, testarudo e irritable, esto no es porque este planeando tomar el liderazgo y convertirse en el perro alfa, pero si para probar y averiguar como funcionan las cosas. Un perro joven no quiere tomar el poder, ni siquiera piensa en ello. Pero necesita investigar para ver el tipo de reacciones que obtendrá si lo llega a pensar mas adelante. ¡No sobre-reacciones! Dar la espalda a tu perro e ignorarlo será suficiente, y le dirá mucho más que mil palabras. Dar la espalda e ignorar al adolescente es exactamente lo que un perro adulto haría.

Bajo ninguna circunstancia deberías forzar físicamente al tu perro – evita este tipo de actitudes desagradables como cogerlo de la parte de atrás del cuello y sacudirlo, agarrarlo de los belfos/mejillas mientras lo miras fijamente o cualquier otro método cruel y amenazante de castigo. Fíjate como lo hacen los perros adultos equilibrados y seguros de si mismos y simplemente copia lo que ves. Ellos le hacen saber al perro adolescente sin brutalidad cuando su comportamiento esta fuera de lugar – solo se giran, le dan la espalda y se alejan caminando. A lo sumo bostezan, pero no mas que eso.

¿Tu perro esta gruñendo? ¡Fantástico! Eso quiere decir que no siente miedo ni se ha vuelto pasivo y que mantiene de con naturalidad sus formas de comunicación. El gruñido no es peligroso, es simplemente una manera de hacer saber a los demás que algo le incomoda

Cuando esta gruñendo/ enseñando los dientes.
1. ¿Ha sido algo que has hecho lo que ha provocado al perro? Si es así, deja de hacerlo. Las provocaciones pueden ser, por mencionar algunas; Sacudir la correa, quitarle la comida, molestarlo cuando duerme o descansa, darle ordenes con voz dura, pedirle demasiadas cosas, mantener al perro atado con la correa tensa, hacerlo rabiar con juegos no divertidos para el, inclinarse sobre el o caminar recto hacia un perro que esta atado con una correa.

2. ¿Estaba el perro asustado por algo? Entonces evita que sienta miedo de nuevo, de otra manera su reacción de defensa se volverá más fuerte cada vez.

3. ¿Esta simplemente chequeando tu reacción? ¡Dale la espalda! Dejará de hacerlo inmediatamente. En una situación como esta, al menos uno de los dos necesita estar tranquilo y frió. Además, es un hecho que muchos de los conflictos entre perros y propietarios son el resultado de tratar de dominar al perro, y no al revés. Usar la señal “sienta” es psicológicamente correcto cuando ocurre una situación de conflicto. Es una posición neutral – es una demanda de cooperación mas que de sumisión. Y sentarse será algo que podrá hacer con más naturalidad que cualquier otra cosa, incluso para un perro agitado.

Para aprender auto-control el perro joven necesita atravesar un proceso de aprendizaje. Nosotros podemos ayudarlo siguiendo una serie de pautas:

1. El perro no sabe de que opciones dispone. Necesitamos enseñarle que puede elegir entre sentarse tranquilo en vez de saltar, correr por todos lados o tirar de la correa. Debido a esta situación, el nivel de adrenalina en el cuerpo es muy alto y hace que el perro se sienta inquieto al mismo tiempo que no sabe que hacer al respecto. Nosotros podemos mostrarle una manera y ayudarlo a aprender a auto controlarse.

2. Muévete despacio. Realiza movimientos calmados y pausados. Habla despacio y casi susurrando. Tu expresión corporal y verbal convencerán al perro.

3. No mezcles el autocontrol con presión física. El autocontrol es voluntario, mientras que lo otro no lo es. Evita empuja, forzar, tirar o coger a tu perro. Mantén la correa floja, la reacción a cualquier castigo solo incrementara los niveles de estrés.

4. Practica el autocontrol en todas las situaciones. Al principio practica en áreas libres de distracciones, en sesiones cortas. No mantengas al perro sentado mucho tiempo al principio, sus músculos se cansaran y le dolerán.
Podemos contra con otras ayudas también, como las señales de calma y los premios por un comportamiento deseado, solo por mencionar algunas. Un día, vas a tener un perro adulto que sabe como comportarse, que tiene autocontrol y que desea cooperar. Ese día llegara si crías a tu cachorro con demandas que aumenten gradualmente para que pueda lidiar con ellas. Se considerado, tu perro necesita tiempo para crecer tal y como tu.

3 comentarios:

Óscar García dijo...

Gracias Nico, un magnifico articulo me a encantado, y la verda que lo e leido en un buen momento, porque por desgracía muchas cosas se saben pero tambien tendemos a olvidar.
Elvis mi Borde Collier tambien te da las gracías y te dice buen chico jajjajajj.
Un saludo

eva_yam dijo...

muchas gracias por la información!! un artículo muy interesante y de mucha ayuda!!

Anónimo dijo...

Excelente información! Tengo una poodle de 8 años y quisiera tener orientación acerca de su vejez.